EL PODER DE LAS PALABRAS

Una sola palabra es capaz de crear un nuevo MUNDO

Una sola palabra es capaz de cambiar el mundo; puede cambiar una vida, transformar a una persona, arrancar la emoción más profunda, puede curar, provocar una sonrisa genuina, enamorar e incluso otorgar la paz. Pero también es capaz de destruir el amor, anular al ser humano, hundir los sueños, acabar con la alegría, matar, morir y engañar. 

Y es que si fuéramos conscientes de lo importantes que son las palabras que salen de nuestras bocas, sin ninguna duda pronunciaríamos muchísimas menos y escucharíamos muchísimas más.

Siente que cada palabra es un pensamiento hablado, una declaración que ya siempre queda en la memoria de quién la escucha. ¿Cuántas palabras te has arrepentido de decir? ¿Cuántas palabras te habría gustado no escuchar?

Es nuestra responsabilidad bendecir la vida a través de las palabras. Y digo bendecir, porque eso significa “decir bien”, hablar bien. Y se dice de quién habla bien de sí mismo y de los demás que es un bendito. Lo contrario significa estar “maldito” (mal dicho). 

Sólo el cambiar algunas de las palabras que decimos cambiará de manera mágica nuestras vidas, nuestra forma de ver la vida, y rápidamente lo que decimos y lo que hacemos empezarán a parecerse de forma sorprendente. Te invito a introducir algunas ideas en forma de palabras: 

LA REGLA DEL SÍ

¿Aguantarías 21 días diciendo que sí a propuestas que normalmente rechazas? Lo haremos siempre atendiendo a que el sí no atente contra nuestros valores, pero dejaremos que el sí comience a crear nuestra vida abriendo nuevos caminos de crecimiento. Decir “Sí” ayuda a transformar la rutina en novedad y a convertir la vida en una aventura. 

APRENDER A DECIR NO

¿No tienes tiempo para lo que realmente quieres? La palabra No, es el mayor generador de tiempo que tiene el Ser Humano. Y es que el tiempo es sólo una cuestión de prioridades; si nos permitimos negarnos a lo que para nosotros no es importante en ese momento lograremos por fin encontrar el tiempo que nos merecemos. 

TRNASFORMAR NUESTROS “PROBLEMAS EN “RETOS”

La palabra “problema” nos mantiene en el lugar donde está el mismo, pero no nos incita a iniciar el camino a la solución. Sólo llamando retos a nuestros problemas conseguiremos que a nivel inconsciente comencemos a avanzar hacia el lugar donde desaparecen. 

ALGUNAS AFIRMACIONES QUE QUIZÁS RECONOZCAS EN TUS PALABRAS

“Me gustaría”, “yo debería” o “si yo pudiese” son condicionales a nuestra situación. Nos ponemos condiciones para que no ocurra aquello que queremos. ¿Y en nuestras discusiones que pretendemos? ¿Demostrar? ¿vencer? Porque no es lo mismo “mostrar” que “demostrar”, ni “vencer” que “convencer”. “Perdón” no es “fue sin querer”, “Gracias” no es “vale” y “te quiero” no es “yo también”. Pre-ocuparse, pre-suponer y tener pre-juicios significan respectivamente ocuparse antes de tiempo, hacer suposiciones sin la información necesaria para ello, y juzgar sin saber. Im-pedir es “no pedir”, así que pide lo que necesites, que nada te lo “impida”. No te lo impidas. ¿Quizá la palabra “Universo” venga de “un sólo verso” y eso quiera decir que a todos nos engloba una sola palabra? Como reza el primer acuerdo del libro de Los cuatro acuerdos de Miguel Ruiz, “Sé impecable en tus palabras”.

Sabemos qué somos, pero no en qué podemos convertirnos“.

William Shakespeare

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